sábado, 29 de septiembre de 2012

Séptimo. Constantino y el Cristianismo


La batalla del Puente Milvio decide el futuro de Roma y del pueblo cristiano. Constantino no será un emperador-Dios como era la tradición romana. En el año 300 d.C. vino a darse el fin de las persecuciones cristianas después del imperio de Diocleciano, manifestando los cristianos que no claudicarían a su deseo espiritual a pesar del martirio. Constantino enfrenta al ejército de Majencio, dos veces más poderoso, y gana la batalla luego de entender una visión cristiana y de captar la presencia de Jesucristo, a partir de ese momento. Su madre, Helena, santa de la Iglesia Católica, tuvo una gran influencia sobre la vida de Constantino y su conversión. El emperador Licinio –emperador de Oriente- y Constantino –emperador de Occidente- firman en una reunión el Edicto de Milan, que permitía la libertad religiosa y de derechos civiles al pueblo cristiano dentro de la sociedad romana. Constantino observa, frente a la realidad y estructura del Imperio romano y de la ciudad de Roma, que el cristianismo posee una solución de vida frente a la débil moral romana y La organización social.
Las cuatro basílicas mayores cristianas se construyeron en el reinado de Constantino; la de San Pedro, erigida sobre el lugar donde el apóstol Pedro fue martirizado –según la tradición-; la basílica de San Juan de Letrán o primera basílica de la sede del vicario de Cristo, también conocida como El Salvador; San Pablo extramuros erigida en nombre del apóstol de los gentiles y donde su cuerpo fue enterrado; y por último, Santa María la Mayor, en nombre de la madre de Jesucristo. Además de templos, Constantino levantó construcciones para el socorro de enfermos, de viudas y huérfanos, en las cuales los cristianos pudieron desplegar su práctica de la caridad.

En el medio civil defendió la familia, humanizando el trato a niños y esclavos; en el siglo IV los actos públicos dejan el carácter de sacralización, su presencia idolátrica, para comenzar a convertirse en actos de entretenimiento dignos y ya no religiosos. Sin embargo, no todos los privilegios para la Iglesia fueron gratuitos sino condicionados por el interés del Imperio romano, con lo cual la figura de Constantino se entromete a nivel político sobre la vida de la Iglesia, realidad conocida como cesaropapismo.


 



La imagen del lado izquierdo se conoce con el nombre de CRISMÓN, uno de los primeros símbolos que representaba a la cultura cristiana.





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